En épocas pasadas, el “resfriado común” ha sido la infección respiratoria más frecuente en todo el mundo. Los científicos estiman que más de 200 cepas virales distintas pueden provocar los síntomas típicos del resfriado. 

Entre los síntomas tradicionales del resfriado se encuentran la tos, la secreción nasal, la fiebre baja, el dolor de garganta y la dificultad para respirar. Una vez resueltos, la persona vuelve a la normalidad.

Entre las estrategias sencillas que pueden ayudar a reforzar el sistema inmunitario y reducir el riesgo de transmisión viral de las vías respiratorias superiores se encuentran las siguientes.

  • Lavado frecuente de manos con jabón antimicrobiano y agua tibia.
  • Distanciamiento social (reduce la exposición a cargas virales más altas si alguien cercano está enfermo).
  • Si tiene tos, tosa en la manga, no en la mano. Esto ayudará a reducir la propagación de gérmenes. 
  • Use a mascarilla protectora cuando esté en interiores o según se recomiende en función del riesgo de transmisión en su comunidad local. (Nota: las mascarillas pueden ayudar a reducir la exposición a la carga viral, lo que significa que su sistema inmunitario no tiene que trabajar tanto para combatir tantos patógenos. Como dice el refrán: “la dosis produce el veneno”).
  • Consumir una dieta que contenga muchos alimentos antioxidantes como frutas y verduras de colores.
  • Reducir al mínimo el consumo de azúcar, carbohidratos simples y alimentos procesados, que pueden debilitar el sistema inmunitario.
  • La actividad física habitual ayuda a mejorar la respuesta del sistema inmunitario.

Según las investigaciones científicas, se ha descubierto que los siguientes suplementos contribuyen a mantener la salud del sistema inmunitario. 

Vitamina C

La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico o ascorbato, ha sido una de las vitaminas más estudiadas en los últimos 50 años. Una búsqueda en la literatura científica revela que se han realizado más de 55.000 estudios sobre la vitamina C desde 1968. Los resultados muestran que ayuda a promover un sistema inmunitario robusto y la salud cardiovascular, cerebral y de la piel, entre otros muchos beneficios. 

Muchos científicos creen que el cuerpo humano podía producir vitamina C en un momento dado, pero que perdió dicha capacidad con el paso del tiempo. Básicamente, todos los animales, incluidos la mayoría de los mamíferos, pueden producir vitamina C; las excepciones son los humanos, los monos y los conejillos de indias. El cerebro y las glándulas suprarrenales tienen las mayores concentraciones de vitamina C, de 15 a 50 veces más que la que se encuentra en la sangre.

La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, se recomienda desde hace décadas para reforzar la salud inmunitaria. Aún no existe cura para el resfriado común, pero un estudio de 2014 sugiere que la vitamina C puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar un resfriado y reducir la duración del mismo en comparación con un placebo (pastillas de azúcar). Sin embargo, es necesario realizar más estudios. 

Además, un estudio de 2021 indica que una dosis elevada de vitamina C podría resultar útil en las primeras fases de una infección vírica y una neumonía. Se cree que la vitamina C ayuda a mejorar el sistema inmunitario, reduce la inflamación y la coagulación de la sangre. 

Dosis sugerida: vitamina C de 500 mg a 2000 mg diarios

Vitamina D

En mi consultorio del sur de California, el 80 por ciento (4 de cada 5) de mis pacientes tienen un déficit de vitamina D. La incidencia es mayor en los climas menos soleados del mundo. De manera habitual, les recomiendo a mis pacientes que tomen un suplemento de vitamina D para optimizar su sistema inmunitario.

Según un estudio de 2019 publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health, las personas con mayores niveles de vitamina D en la sangre tenían un menor riesgo de padecer infecciones respiratorias superiores que las que tenían menores niveles de vitamina D en la sangre. 

En un estudio de 2017 publicado en el British Medical Journal, los investigadores evaluaron 25 ensayos controlados aleatorios que incluyeron a 11.321 participantes, cuyas edades comprendían desde bebés hasta personas de 95 años. 

En total, los suplementos de vitamina D parecían reducir el riesgo de sufrir una infección de las vías respiratorias superiores en un 12 %. Quienes tenían niveles de vitamina D en sangre inferiores a 25 nmol/L (10 ng/dl) registraron el mayor beneficio y observaron una disminución del 70 % en la tasa de infecciones cuando recibieron el suplemento. En los pacientes cuyo nivel de vitamina D era superior a 25 nmol/L (10 ng/dl), se observó una reducción del 25 % de las infecciones respiratorias.

Por último, en un estudio de meta-análisis de 2021 se evaluaron diez estudios que incluían a más de 360.000 participantes. El análisis demostró que las personas que tenían los menores niveles de vitamina D tenían un 43 % más de probabilidades de contraer una infección vírica en comparación con las que tenían mayores niveles de vitamina D en la sangre. 

La dosis sugerida de vitamina D es de 1000 a 2000 UI para los niños y de 2000 a 5000 UI diarias para los adultos. 

Zinc

A medida que envejecemos, la absorción de minerales esenciales como el zinc puede verse cada vez más reducida. El zinc es fundamental para que el sistema inmunitario responda de forma adecuada. La OMS u Organización Mundial de la Salud estima que hasta un tercio de la población mundial tiene carencia de zinc. Además, la ingesta deficiente de alimentos que contienen zinc o la ingestión habitual de alcohol pueden provocar niveles sumamente bajos de zinc. Las personas mayores de 65 años tienen más probabilidades de padecer una carencia de zinc en comparación con los menores de 65 años. 

También se sabe que el zinc mineral posee propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. 

Dosis recomendada: pastillas de zinc 30 mg según las indicaciones de la etiqueta. También disponible en cápsulas y complejos multivitamínicos.

Saúco

El saúco una planta con flores, ha sido utilizado durante cientos de años con fines medicinales por poblaciones nativas de todo el mundo. En los últimos años, su popularidad se ha extendido. Los indígenas norteamericanos han utilizado las bayas de saúco como tratamiento para diversas infecciones y la fiebre. 

Según un estudio de 2016, el saúco puede reducir la duración de los síntomas del resfriado en los pasajeros de avión. 

En un estudio de 2019 publicado en Complementary Therapies in Medicine se evaluó a 180 participantes. Se descubrió que el saúco podía reducir considerablemente los síntomas de las infecciones de las vías respiratorias superiores. 

Además, en un estudio realizado entre 2001 y 2002 se comprobaron los beneficios del saúco para reforzar la respuesta del sistema inmunitario. Esto es fundamental para prevenir y combatir cualquier infección. 

El saúco se encuentra disponible en forma de suplemento, jarabe, gomitas y pastillas.

Referencias:

  1. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22553325/
  2. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33347937/ 
  3. Harrison FE, May JM. Vitamin C function in the brain: vital role of the ascorbate transporter SVCT2. Free Radic Biol Med. 2009;46(6):719–30.
  4. Johnston CS, Barkyoumb GM, Schumacher SS. Vitamin C Supplementation Slightly Improves Physical Activity Levels and Reduces Cold Incidence in Men with Marginal Vitamin C Status: A Randomized Controlled Trial. Nutrients. 2014;6(7):2572-2583. doi:10.3390/nu6072572. 
  5. Pharmacology & Therapeutics. 21 de abril de 2018. PII: S0163-7258(18)30070-6.
  6. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33967773/ 
  7. Pham H, Rahman A, Majidi A, Waterhouse M, Neale RE. Acute Respiratory Tract Infection and 25-Hydroxyvitamin D Concentration: A Systematic Review and Meta-Analysis. Int J Environ Res Public Health. 2019;16(17):3020. Publicado el 21 de agosto de 2019.
  8. Martineau Adrian R, Jolliffe David A, Hooper Richard L, Greenberg Lauren, Aloia John F, Bergman Peter et al. Vitamin D supplementation to prevent acute respiratory tract infections: systematic review and meta-analysis of individual participant data BMJ 2017; 356 :i6583
  9. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32855214/ 
  10. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7833186/ 
  11. https://www.who.int/whr/2002/chapter4/en/index3.html 
  12. Hemilä, H., Petrus, E. J., Fitzgerald, J. T., and Prasad, A. (2016) Zinc acetate lozenges for treating the common cold: an individual patient data meta-analysis. British Journal of Clinical Pharmacology, 82: 1393–1398.
  13. Hemilä H, Fitzgerald JT, Petrus EJ, Prasad A. Zinc Acetate Lozenges May Improve the Recovery Rate of Common Cold Patients: An Individual Patient Data Meta-Analysis. Open Forum Infectious Diseases. 2017;4(2)
  14. Vogel-González M, Talló-Parra M, Herrera-Fernández V, et. Al Low Zinc Levels at Admission Associates with Poor Clinical Outcomes in SARS-CoV-2 Infection. Nutrients. 2021 Feb 9;13(2):562.
  15. Nutrients. 2016 Mar 24;8(4):182.
  16. Hawkins J, Baker C, Cherry L, Dunne E. Black elderberry (Sambucus nigra) supplementation effectively treats upper respiratory symptoms: A meta-analysis of randomized, controlled clinical trials. Complement Ther Med. Febrero de 2019;42:361-365.
  17. Eur Cytokine Netw. Abril-juno de 2001;12(2):290-6.
  18. Israel Med Assoc J. Noviembre de 2002;4(11 Suppl):919-22.
  19. Wieland LS, Piechotta V, Feinberg T, et al. Elderberry for prevention and treatment of viral respiratory illnesses: a systematic review. BMC Complement Med Ther. 2021;21(1):112. Publicado el 7 de abril de 2021.
  20. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33578007/ 
  21. Poe FL, Corn J. N-Acetylcysteine: A potential therapeutic agent for SARS-CoV-2. Med Hypotheses. Octubre de 2020;143:109862. DOI: 10.1016/j.mehy.2020.109862. Epub 30 de mayo de 2020.
  22. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34262324/ 
  23.  https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34445619/