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Por Dra. Candace Mathers, médica naturópata
Mantenerse hidratado es fundamental para gozar de una buena salud. Al fin y al cabo, el cuerpo humano adulto contiene aproximadamente un 60 % de agua, en tanto que los pulmones tienen un 84,3 % de agua y el cerebro y el corazón un 73 %.
Esto significa que se necesita mucha agua para ayudar a regular la temperatura corporal, lubricar las articulaciones, humedecer los tejidos de los ojos, la nariz y la boca, regular la temperatura corporal y eliminar los productos de desecho.
La ingesta adecuada de líquidos debería ser una prioridad absoluta, pero muchas personas no beben suficientes líquidos con frecuencia, lo que podría provocar una deshidratación a largo plazo.
No consumir suficientes líquidos no es la única forma de deshidratarse. Otras afecciones como la sudoración excesiva, el vómito, la diarrea e incluso la diabetes mellitus pueden producir deshidratación.
La deshidratación puede ser una afección grave y, si no se trata, puede poner en peligro la vida. Por lo tanto, conocer los signos y síntomas de la deshidratación es importante para adoptar una actitud proactiva con respecto a su salud.
Si está deshidratado, es posible que sufra dolores de cabeza con más frecuencia. Esto tiene sentido si se recuerda que el cerebro está compuesto por un 73 % de agua. En un estudio se descubrió que la deshidratación provoca hipertonicidad en el cerebro, lo que provoca una afección llamada “deshidratación cerebral”.
Esto significa que las estructuras del cerebro, los vasos sanguíneos y las áreas del cerebro que perciben el dolor, se vuelven más tensas debido a la pérdida de agua, lo que aumenta la presión en estas zonas causando dolores de cabeza.
Lo que resulta interesante es que este mismo estudio demostró que la percepción del dolor aumentaba en los individuos deshidratados, lo que significa que si estamos deshidratados, es más probable que experimentemos el dolor de forma más intensa que cuando estamos hidratados de forma adecuada.
La deshidratación se ha relacionado con la fatiga. Un estudio descubrió que las atletas de hockey que no bebían agua a lo largo de un ejercicio de hockey simulado se encontraban más fatigadas que cuando mantenían una hidratación adecuada.
Además, según este mismo estudio, estas atletas tenían problemas para mantener una temperatura corporal central menos elevada, lo que significaba que percibían que se calentaban de forma más rápida.
Este cambio en la regulación de la temperatura del cuerpo debido a la deshidratación también puede provocar una mayor sensación de fatiga.
La niebla mental y el deterioro cognitivo pueden ser síntomas de la deshidratación, produciéndose una grave confusión en las personas mayores.
En un metaanálisis se descubrió que la deshidratación que provoca una pérdida del 2 % o más de la masa corporal causaba toda una serie de malos resultados cognitivos.
Estos molestos síntomas de deshidratación incluían: tiempos de reacción más lentos, deterioro del control motor, memoria a corto plazo menos precisa y peor capacidad de atención.
A algunos les puede parecer sorprendente que la deshidratación pueda ser un problema para la piel, pero esta es uno de los principales órganos afectados por la disminución de la ingesta de líquidos.
Los estudios demuestran que la deshidratación está relacionada con problemas de la piel como la resequedad y la aspereza. Según estos mismos estudios, el aumento de la ingesta de líquidos muestra una mayor elasticidad de la piel, lo que suele estar relacionado con una piel más sana y joven.
La turgencia de la piel, es decir, la capacidad de la piel para estirarse y recuperar su forma, también se ve drásticamente afectada por la deshidratación, sobre todo en los casos moderados y graves.
Esto provoca que al pellizcar y soltar una porción de piel en el cuerpo, como el antebrazo, la piel no vuelva a su forma anterior de inmediato.
La cantidad promedio de producción de orina de un individuo con una ingesta de líquidos de 2 litros es de entre 800 y 2000 mililitros en 24 horas.
Cualquier producción de orina por debajo de este volumen puede ser un signo de deshidratación. Otro signo de deshidratación es que la orina sea descolorida u oscura.
La orina de una persona bien hidratada debe ser de color pajizo claro o pálido, pero en una persona deshidratada, la orina adquiere un color más oscuro y a veces un tinte marrón.
Una orina de color más oscuro indica que el cuerpo está ahorrando agua y que la orina contiene más productos de desecho.
Tener la boca seca y un mayor deseo de consumir líquidos puede ser un signo de deshidratación. La ingesta adecuada de líquidos ayuda a mantener la integridad de la superficie de las membranas mucosas como el interior de la nariz y los ojos.
Estas membranas mucosas sirven como primera línea de defensa contra los invasores extraños en el organismo y ayudan a impedir el acceso de los patógenos.
En caso de deshidratación, las membranas mucosas tienden a secarse y provocan una sensación de boca seca.
El aumento de la sed es uno de los mayores signos de que el cerebro le indica al organismo que debe reponer los líquidos perdidos. La sensación de hambre también puede ser un signo de deshidratación si no se está seguro de las señales de sed.
Conocer los signos de deshidratación puede ser útil para prevenir su aparición, pero ¿qué se puede hacer para ayudar a rehidratar el cuerpo de forma óptima?
La rehidratación es un proceso que consiste en reponer los líquidos que ha perdido el organismo. Esto puede hacerse de distintas maneras, desde la administración de líquidos por vía intravenosa hasta la rehidratación oral o beber para reponer la pérdida de líquidos.
Aunque beber líquidos con frecuencia es la mejor manera de rehidratarse, se puede ayudar a optimizar el proceso de rehidratación utilizando botellas de agua reutilizables, tomando electrolitos y aminoácidos de cadena ramificada, obteniendo péptidos de colágeno, consumiendo más frutas y verduras frescas y evitando la exposición al sol.
Para algunos, beber agua o líquidos con frecuencia puede representar una dificultad debido a los olvidos, la falta de tiempo o el acceso inmediato al agua potable.
En este caso, una botella de agua reutilizable de alta calidad es la solución. Acordarse de beber líquidos es mucho más fácil con una botella de agua reutilizable funcional y con estilo en su escritorio, en lugar de tener que caminar por el pasillo hasta el refrigerador de agua.
Llevar una botella de agua reutilizable portátil a todas partes puede servir de recordatorio para consumir bebidas saludables con más frecuencia, lo que contribuiría a prevenir la deshidratación y, al mismo tiempo, sería más respetuoso con el medio ambiente que las botellas de agua de un solo uso.
En ocasiones, beber solo agua no es suficiente para rehidratar adecuadamente el organismo. Sobre todo si se ha producido una pérdida excesiva de agua a través del sudor.
Cuando ha habido una pérdida excesiva de sudor, también se produce una pérdida de electrolitos. Los electrolitos son minerales esenciales, como el sodio, el calcio y el potasio, que son fundamentales para el buen funcionamiento del organismo.
Estos minerales ayudan a equilibrar la cantidad de agua existente en el organismo, a transportar los nutrientes al interior de la célula y los desechos al exterior, a equilibrar los niveles de ácido/básicos del cuerpo y a garantizar que el corazón, el cerebro, los músculos y los nervios funcionen correctamente.
A la hora de rehidratarse después de una sudoración excesiva, añadir electrolitos al agua puede ayudar a mejorar los desequilibrios electrolíticos y a reducir la deshidratación a reducir la deshidratación más rápido que con solo agua.
Otra buena opción para rehidratarse son los aminoácidos de cadena ramificada (BCAA). Los BCAA son aminoácidos esenciales o bloques de construcción de proteínas (valina, leucina e isoleucina) que ayudan a mejorar el dolor muscular, aumentar el crecimiento muscular y contribuir a disminuir la fatiga.
Los estudios señalan que los BCAA también pueden reducir la deshidratación mejor que el agua saborizada y las bebidas deportivas a base de carbohidratos. Un estudio demostró que los atletas que consumieron una bebida electrolítica de aminoácidos que contenía BCAA presentaron un mejor estado de rehidratación celular que los atletas que solo bebieron agua saborizada o bebidas deportivas a base de carbohidratos.
Aunque el consumo de líquidos puede ser la mejor manera de prevenir la deshidratación, comer muchas frutas y verduras frescas con un alto contenido de agua también puede ayudar a mejorar el estado de hidratación.
Los estudios demuestran que el consumo de frutas y verduras frescas como la sandía, los pepinos, el melón y el apio pudo mejorar el estado de hidratación y se asoció con un aumento del consumo de agua.
Aunque evitar la exposición al sol no es necesariamente una forma de rehidratarse, puede ayudar a prevenir la deshidratación y la insolación.
La insolación es un estado en el que la temperatura del cuerpo se eleva rápidamente, la capacidad de sudar se ve afectada y el cuerpo no puede enfriarse.
Evitar la exposición innecesaria al sol también puede prevenir la deshidratación de la piel, que se asocia con la falta de brillo, los ojos hundidos y la tendencia a presentar más arrugas.
Un estudio interesante realizado en ratones descubrió que la ingesta oral de péptidos de colágeno ayudaba a rehidratar la piel después de haber sido expuesta a los nocivos rayos ultravioleta B, UVB, y a la radiación solar.
Asimismo, asegurarse de usar siempre un protector solar cuando se está al aire libre puede ayudar a prevenir la deshidratación de la piel y otras lesiones más graves.
La deshidratación es una enfermedad grave que puede poner en peligro la vida si no se trata. Algunos de los signos y síntomas asociados a la deshidratación incluyen dolores de cabeza, fatiga, confusión mental, problemas de piel, orina oscura y boca seca. Por suerte, hay muchas opciones para rehidratarse, como usar botellas de agua reutilizables, obtener electrolitos, consumir aminoácidos de cadena ramificada, comer más frutas y verduras con alto contenido de agua, consumir péptidos de colágeno y evitar la exposición al sol.
Referencias:
